Repaso vital

portada libro repaso vital de luis aguilar
Repaso vital – Luis Aguilar Castañeda
Me ha invitado —generoso como es— mi amigo Luis Aguilar a escribir el prólogo del libro que narra su vida y su obra. Agradezco la oportunidad. Luis es mi amigo desde la niñez a pesar de ser menos joven que yo. Lo tengo robando cámara en una foto de mi primera comunión. Quién iba a imaginar que desde nuestra infancia provinciana íbamos a cultivar la dicha de disfrutar el arte toda la vida. Luis se convirtió en artista plástico. La sensibilidad y su talento lo llevaron a escoger ser escultor, la expresión más matérica de la creación artística.

Coincidimos en nuestra “madurez”; él en la plenitud de su creatividad y yo en el florecimiento de la promoción cultural presidiendo la Institución Cultural del Gobierno de Chiapas. Las reuniones y las tertulias fueron una sucesión en torno al mundo del arte y la pasión de Luis por la escultura.

Empecé a adentrarme en su propio mundo, observando y meditando sus ideas y creaciones, aprecié sus pocos momentos de calma, su nerviosismo, su agitación, su obsesión por las formas con alma, su solidaridad con los escultores de su entorno ya fueran maestros o compañeros, ya hubieran nacido en México o en otras latitudes, supe de sus recurrentes incursiones en simposios, en concursos, lo vi inspirado y sudoroso ante una nueva obra y también preocupado por la supervivencia como artista. Más de una vez pensé que claudicaría como escultor y se dedicaría de lleno a la arquitectura, pero no fue así. Valga decir que él sí ha sido el arquitecto de su propio destino. Llevó a Comitán el arte de la escultura. La plaza principal de nuestro pueblo tan querido, nuestro emblemático parque de San Sebastián y otros espacios públicos dan cuenta de la riqueza artística que Luis le ha brindado a su tierra natal. La imagen otrora de la tierra de alfareros no sería la misma sin Luis.

La controversia lo ha acompañado siempre. Él nos dice que la escultura pertenece a quien la ve, y atina despiadadamente. Nada hay en su obra que compita con la primera impresión. Los expertos y sus críticos se refieren con persistencia a los vacíos en su obra. Yo prefiero llamarles oquedades, ambas son palabras poéticas, pero en la obra de Luis adquieren otra connotación. Yo siento sus obras como formas que enseñan su interior, que comienzan en las entrañas y se palpan en su piel exterior donde los dedos de la imaginación penetran en la creación. Habla en su libro de las influencias de Rodin, de Moore o de Calder. Yo disiento de él: creo que su obra es muy Luis Aguilar y si tuviera que hacer comparaciones lo sentiría más cerca de Goeritz, porque es tal la fuerza escultórica que trasciende la mirada y el tiempo. Sus creaciones no pertenecen a tendencias ni preferencias del mercado. El buen arte es atemporal desde las culturas primigenias pasando por nuestro propio mundo prehispánico, incluyendo a los clásicos y todas las manifestaciones que han creado los hombres con sus manos, más allá de los siglos.

Luis es incansable, piensa y vive en su arte. No lo recuerdo conversando de banalidades ni de la alta sociedad ni de política; ni siquiera en esas ocasiones en que se entrega a la bohemia. En la inmensa ventana de su vida él habla de barro, de madera, de alambres de acero, de bronce, de cera, de pátinas, de artistas, de cómo eternizar su imaginación del mundo en la creación estética llena de formas humanas, rostros, músicos, abstracciones multiformes en múltiples inspiraciones idealistas que conjugan alma y materia.

Déjame decirte amigo que no eres ni del siglo pasado que te vio nacer ni del presente siglo. No eres un artista clásico, ni renacentista ni contemporáneo. Has estado en el mundo siempre, esculpiendo la crisoelefantina de Atenea, ayudándole a Miguel Ángel, conversando con Camille Claudel, hurgando con Dubuffet, bailando con una modelo de Degas o discutiendo formas con Giacometti.

Celebro tu vida y tu obra. Me comprometo en que la Fundación Mario Uvence, A.C. y el próximo museo de arte de Comitán que impulso expondrán permanentemente las obras tuyas que atesoro; y que promoveré el Premio Anual de Escultura Luis Aguilar.

Deseo que nuestros coterráneos valoren tu obra con amplitud de miras y que tu ejemplo contribuya con creces a despertar entre la niñez y la juventud la semilla del arte para revertir el perverso mundo que cada día nos enseña lo más bajo de la humanidad. Es hora de que el Humanismo, con su pléyade de creadores, haga que la condición humana evolucione con la cultura. En hora buena querido Luis por tu legado escultórico que enaltece tu condición de artista. Te esperan muchos momentos de inspiración. Nuestros lagos y cielos que, a la manera del poeta Muñoz Cota, cambian de color durante el día seguirán inspirando el ritmo incansable de tu lúcida mirada de hacedor de sueños.

Prólogo de Mario Uvence Rojas.

Bibliografía

AGUILAR CASTAÑEDA, Luis. Repaso vital. Comitán de Domínguez, Chiapas, México: Editorial Entre Tejas, 2024. ISBN: 978-607-26718-0-5.

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