María Antonia Carboney de Zebadúa
“[…] Al inicio de las noventa se me llenó la cabeza de fantasías, por realizar crónica, narrativa, de contar hechos sobresalientes de nuestra ciudad, en fin- Insistí en esta manifestación y al cabo resolví hacer lo que he denominado “mi aventura”, una bella aventura que a partir de entonces, día tras día, fui exteriorizando, tomándola como un quehacer cotidiano. Llena una página, otra y otra y muchas más. Realice una carrera retrospectiva para evocar datos, fechas, siempre en relación con mi objetivo y mi memoria fue registrando un dato, una anécdota, un detalle… […] Disciplinándome y al cabo inicié este proyecto de contar para ustedes estos hechos ocurridos en nuestro querido terruño.
Ahora me formulo esta pregunta: ¿qué me indujo a escribir sobre Comitán? ¿Qué don posee esta tierra que no pocos han escrito sobre ella?
Primero, afirmo, porque es un lugar bendito de Dios, por su clima, su gente, un lugar tan lleno de recuerdos y principalmente porque amo a esta tierra y esté donde esté, añoro retornar a ella. Y también reafirmo lo que otrora alguien dijera: porque “es la tierra que me inspira.”
Esta pequeña obra tiene pocas pretensiones. No es sino el testimonio de una época casi desaparecida. Además, emotivo testimonio de amor filiar a mi querido terruño, tierra de poetas, de héroes y de luz…
Este libro consta de relatos fechados por años. Épocas en la que viví mi niñez, adolescencia y juventud en Comitán. Lugar donde se produjeron estas anécdotas. Son años que aprisionaron recuerdos, vivencias ocurridas en casi dos décadas y protagonizadas por una generación que, no dudo, muchos recordarán, otros, los jóvenes, conocerán la transición que tuvo esta ciudad en ese entonces.
Varias personas ya han escrito anécdotas semejantes en otros años, pero cada uno las ha vivido de manera diferente.” (Fragmento de la introducción de la autora)
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CARBONEY DE ZEBADÚA, María Antonia. Voces del ayer.