
La institución se creaba para los vecinos pobres del pueblo y los forasteros a quienes afectase alguna enfermedad o llegasen ya enfermos. Se admitiría a toda clase de personas, hombres y mujeres, sin distinción de clase o raza. Dice doña María Ignacia textualmente que a su hospital se llevaran los enfermos más “pobres y faltos de amparo y humana protección, para que se les asista con los alimentos posibles y aquella curación y medicina que ofrece el país”.

A las espaldas del templo se construyó a mediados del siglo XX, un edificio que tenía la función de servir como mercado, y dado el crecimiento de la población y los problemas de ubicación de dicho mercado, se terminó reubicando a todos los comerciantes en la entonces nueva Central de Abasto. El edificio posteriormente sirvió como Centro de Convenciones y actualmente son oficinas municipales. A un costado del templo se encuentra la Plaza de las Artesanías.
La imagen de Jesusito proviene del hermano país de Guatemala.
Ubicación
Bibliografía
MURIEL, Josefina. Hospitales de la Nueva España. Fundaciones de los siglos XVII y XVIII, Vol. II. Editorial Jus, México, 1960.